Si hay algo que grita comfort food al estilo USA, es el mac and cheese. Este clásico no solo es reconfortante, también es sorprendentemente fácil de hacer en casa, con ingredientes sencillos y un resultado digno de aplausos. Olvídate de las versiones de caja; una vez que pruebes esta receta, no querrás otra. ¡Vamos allá!
Ingredientes para 4 porciones de pura felicidad:
- 250 g de macarrones (pueden ser coditos, plumas o lo que tengas a mano).
- 2 cucharadas de mantequilla.
- 2 cucharadas de harina.
- 2 tazas de leche entera (500 ml, pero si quieres que sea más cremoso, usa una mezcla con nata).
- 1 taza de queso cheddar rallado (el protagonista absoluto).
- 1/2 taza de queso parmesano rallado (para el toque sofisticado).
- Sal y pimienta al gusto.
- Una pizca de nuez moscada (opcional, pero eleva el sabor).
- Pan rallado (opcional, pero ideal para un toque crujiente).
- Perejil fresco picado (porque una pizca de verde siempre queda bien).
Paso a paso para conquistar con tu mac and cheese:
Cocina los macarrones como un experto.
- Hierve agua con sal, añade los macarrones y cocina según el tiempo del paquete, pero asegúrate de dejarlos al dente (¡nadie quiere pasta blanda aquí!). Escúrrelos y resérvalos mientras preparamos la magia.
Prepara la salsa cremosa que hará todo el trabajo.
- En una cacerola grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la harina y remueve con energía durante un par de minutos. Esta mezcla, conocida como roux, es el secreto para una salsa sin grumos.
- Vierte poco a poco la leche mientras sigues mezclando. Ten paciencia: en unos 3-5 minutos, la salsa espesa y queda lista para el queso.
- Baja el fuego y añade el queso cheddar y el parmesano rallados, poco a poco, removiendo hasta que se derritan. ¡Ese momento en que se vuelve una mezcla cremosa y brillante es pura felicidad!
- Ajusta con sal, pimienta y, si te sientes aventurero, una pizca de nuez moscada.
Une la pasta con la salsa: el momento mágico.
- Vuelca los macarrones cocidos en la cacerola con la salsa y mezcla bien. Cada trocito de pasta debe quedar cubierto de esa cremosa maravilla.
¿Gratinado? ¡Siempre! (opcional, pero necesario).
- Si quieres subir de nivel, coloca el mac and cheese en una fuente para horno, espolvorea un poco de pan rallado y más queso por encima. Llévalo al horno precalentado a 200°C y gratina durante 10 minutos o hasta que esté doradito y crujiente en la parte superior.
Sirve y disfruta.
- Sírvelo bien caliente. Si quieres darle un toque de frescura, añade un poco de perejil picado. Acompáñalo con una buena bebida fría y prepárate para los aplausos (aunque sean internos).
Este mac and cheese es perfecto para una noche en casa, una comida con amigos o cuando simplemente necesitas un plato que abrace el alma. ¿Lo mejor? Puedes personalizarlo: añade trocitos de bacon, jalapeños o incluso un mix de quesos. ¿Te animas a hacerlo? ¡Cuéntame cómo te sale en los comentarios! 🧀✨
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